Un fudre no es una barrica grande es un nuevo concepto de crianza con varios siglos de historia.
Debido a su mayor tamaño, los fudres permiten una menor relación entre la superficie de contacto del vino y la madera, lo que puede resultar en una extracción más suave de compuestos de la madera y en una oxidación más gradual del vino. Esto los hace ideales para estilos de vino que requieren una crianza prolongada y una influencia de la madera más sutil. Muy adecuados para vinos blancos y tintos que necesiten de mas volumen en boca.